viernes, 26 de julio de 2024

En Diaz Velez hay una casa

con un local en el frente,

que siempre cambia de rubro.

Pero atiende el mismo señor,

que es tan alto que casi, no se le ven los ojos

 

Desde el fondo de mi casa

se ve el fondo de su casa.

Ahora remodelaron,

pero antes

tenía una pérgola

con un enanito azul

que asomaba

 

Y una enredadera, que subía

y llegaba a otros patios,

que se sucedían uno tras otro

hasta un edificio antiguo

que tenía el frente de cara de payaso,

con ojos en cruz, y una lágrima

 

Un atardecer me encontró,

en el segundo balcón de mi casa

remontando un barrilete,

Que se me escapó y entonces 

me subí a un balcón vecino,

y de ahí, a un techo de chapa,

y luego a otro, y a otro.

Y llegué

donde llegan los gatos



lunes, 22 de julio de 2024

La ventana está empañada

y las casas, afuera,

no se abren,

quedan grises,

quedan quietas.

Las hojas copan todo,

y el frío toma territorio.


Yo planeo salir

a tomarme un tren.

Y una vez adentro

escucho gente que habla y pienso:

que estamos empantanados

y no hay a dónde llegar 


El tren arranca

y luego de unas estaciones 

la gente se baja,

y a través de la ventanilla 

sale el sol del invierno, 

que protege

desde lejos 


Y no queda otra

que dejarse llevar,

por el frío, por las gotas

que caen condensadas,

y al acercarme al vidrio

se ve que afuera

está comenzando a aclarar