La ventana está empañada
y las casas, afuera,
no se abren,
quedan grises,
quedan quietas.
Las hojas copan todo,
y el frío toma territorio.
Yo planeo salir
a tomarme un tren.
Y una vez adentro
escucho gente que habla y pienso:
que estamos empantanados
y no hay a dónde llegar
El tren arranca
y luego de unas estaciones
la gente se baja,
y a través de la ventanilla
sale el sol del invierno,
que protege
desde lejos
Y no queda otra
que dejarse llevar,
por el frío, por las gotas
que caen condensadas,
y al acercarme al vidrio
se ve que afuera
está comenzando a aclarar
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